viernes, 9 de octubre de 2015

Nuggets de pollo caseros

Nuggets de pollo caseros

  • 4 PERSONAS
  • DIFICULTAD FÁCIL
  • 1,6 €/PERSONA
  • TIEMPO DE PREPARACIÓN: 25 MINUTOS
Receta de nuggets de pollo caseros

INGREDIENTES

  • 2 pechugas de pollo grandes
  • 175 g. de vuestro queso crema preferido (tipo Philadelphia)
  • Sal (al gusto)
  • Para el rebozado:
  • 2 huevos
  • 4 cucharadas de harina de trigo
  • 4 cucharadas de pan rallado
  • Aceite de oliva suave para freír
Estados Unidos es un invernadero de ideas de consumo de las que, en muchos casos, nos servimos el resto. Hemos importado un sinfín de productos que han llegado a formar parte de nuestra vida diaria, por supuesto a nivel tecnológico, pero también en lo relativo a la comida. Hamburguesas, tartas y postres como la red velvet, el carrot cake, y también los nuggets de pollo, que es posible encontrar hoy en día, en muchos establecimientos.
La palabra nugget en inglés significa pepita, y son eso, unas pepitas o nueces hechas de carne de pollo triturada y rebozada con huevo y pan rallado, fritos en abundante aceite. Su origen está en EEUU por los años 50, cuando Robert C. Baker, profesor de tecnología de los alimentos de la Universidad de Cornell, los ideó como trabajo académico. A partir de ese momento adquirieron un considerable éxito siendo comercializados en todo el país.
No hace mucho leí un artículo cuestionando la calidad de los nuggets industriales. Se trataba de un estudio estadounidense realizado con los nuggets comercializados por dos cadenas de comida rápida de Jackson. El resultado: la cantidad de carne de pollo de este producto no llegaba al 50%. Con esto no quiero decir que los nuggets que comemos sean todos de las mismas características, pero sí que una alimentación sana es importante.
Dado que estos bocados tienen gran éxito entre los niños, y no tan niños, hoy he preparado una receta de nuggets de pollo caseros. Hechos con ingredientes totalmente naturales, jugosos en su interior y crujientes por fuera, estoy seguro de que os encantarán. No tienen nada que envidiar en sabor a los que podemos encontrar en los establecimientos de comida rápida. La pechuga triturada acompañada con queso cremoso adquiere una textura húmeda y delicada, si además la acompañamos de la salsa que más nos guste, hará que comer nuggets en casa sea día de fiesta para los más pequeños. Como alternativa al pollo, podemos utilizar cualquier otro tipo de carne, pescado e incluso vegetales, pudiendo preparar nuggets con verduras cocidas aderezadas y trabajadas de la misma manera, rebozadas y fritas. Espero que os gusten.

PREPARACIÓN DE LOS NUGGETS DE POLLO

  1. Limpiamos las pechugas de posibles restos de grasa y venitas que puedan tener y las cortamos en trozos de unos 2 cm. Pasamos los trozos de pollo por una picadora hasta que estén totalmente deshechos y formen una pasta.
  2. Mezclamos el pollo con el queso crema y la sal, hasta que esté bien integrado. Con la mano hacemos pequeñas porciones con esta masa.
  3. Vamos a empanar nuestros nuggets, en este caso el clásico rebozado, pasándolos por harina, huevo y pan rallado. La harina ayuda a que el huevo se adhiera mejor a la carne, y el huevo actúa como pegamento para fijar el pan rallado al nugget. Hay quien da una capa y hay quien prefiere usar dos. Lo mejor es rebozar en una sola capa para que el envoltorio del nugget no sea demasiado grueso. Así resultan más ligeros y absorben menos aceite en la fritura.
  4. Para obtener unos nuggets más crujientes, mejor que el pan rallado molido podemos usar pan rallado crujiente que venden en cualquier supermercado o gran superficie.
  5. Para freír nos interesan aceites con alto punto de humo y que sean suaves para no aportar demasiado sabor al pollo. Estos aceites nos permitirán freír a alta temperatura, que nos proporcionará un empanado crujiente tras un corto proceso de fritura, por lo que el interior quedará más jugoso.
  6. Cuando tengamos todos los nuggets preparados calentamos abundante aceite en una sartén y los vamos friendo. Siempre en tandas pequeñas a temperatura media para no bajar en exceso la temperatura del aceite. Es importante que el aceite no esté muy caliente al freírlos, así evitamos que se queden muy tostados por fuera y crudos por dentro.
  7. Retiramos a una bandeja con papel de cocina para absorber el aceite sobrante y servimos acompañados de la salsa que más nos guste. Ya veréis como los preparáis varias veces en casa, están de rechupete.

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